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Rezar el Rosario

Cómo Confesarse, qué se dice al confesarse

El sacramento de la confesión o penitencia es un acto que nos permite un encuentro y reconciliación con Dios. Mediante el acto de la confesión alcanzaremos el perdón y misericordia de Dios nuestro Señor. Pero no siempre tenemos claro cómo confesarse, cuál es el procedimiento. Te lo contamos aquí.

cómo confesarse

Cómo confesarse con un sacerdote

El Sacramento de la confesión consiste en un procedimiento de cercanía entre el sacerdote y una persona cristiana católica, con la intención de ser absuelta de sus pecados. El sacerdote actúa como intercesor de Jesucristo y Dios nuestro Señor en la tierra.

Saluda al Sacerdote con la oración: Ave María Purísima

Él te responderá: Sin pecado concebida

Cuéntale al sacerdote cuánto tiempo hace que no te confiesas, y las razones por las que has estado alejado del perdón.

A continuación empieza a enumerar los pecados por los que quieres ser absuelto.

Una vez terminada la enumeración de tus arrepentimientos, comienza con algún acto de contricción, como: Jesús Hijo de Dios ten misericordia de mí.

Cuando termines la confesión finaliza con un Amén

Cómo confesarse sin sacerdote

El Papa Francisco recuerda que es posible confesarse sin un sacerdote. Personas que deben permanecer encerradas en casa, en lugares donde no hay acceso a capellanes, recuerda que el Catecismo permite la confesión sin sacerdote, e invita al acto de contrición.

Habla con Dios en un acto de recogimiento, y sé sincero. Cuéntale todo aquello de lo que te arrepientes, e inmediatamente encontrarás la Gracia de Dios. El sincero arrepentimiento hará que la Gracia Divina vuelva a nosotros en perfecto estado.

Cómo confesarse con Dios y con uno mismo

Antes de proceder a la confesión con un sacerdote, o en el caso de no tener a ninguno cerca, podemos hacer nuestra confesión directamente con Dios.

Prepararnos y hacer examen de conciencia, echar la vista atrás y ver si hemos obrado con todo el amor que Dios nos da.

Sentir dolor real por los pecados cometidos, y sentirse realmente arrepentido de haberlos realizado. El dolor y el arrepentimiento deben venir de dentro, y ser verdaderos.

Además del arrepentimiento, en la confesión se busca mejorar, y hacer propósito de enmienda. Reconocer nuestros pecados es correcto, pero hemos de tratar de no volver a cometerlos y actuar de acuerdo a los criterios Católicos.

Además, en la confesión no debemos dejar atrás ningún pecado mortal, son los primeros que debemos confesar, especialmente al sacerdote.

La última parte de la confesión es la de cumplir la penitencia impuesta.

La reconciliación con Dios

Como su nombre indica, la reconciliación con nuestro Señor nos ayuda a volver a encontrar la Gracia de Dios en el caso de haberla perdido. Gracias al Sacramento del Bautismo adquirimos la Gracia de Dios y entramos a formar parte de su Misericordia, participando en la vida Divina.

Esta es la más grande reconciliación y efectos del sacramento de la confesión, porque nos reconcilia con la vida cristiana, y nos aporta la paz y armonía que nos fue arrebatada con los pecados.

Con el verdadero arrepentimiento vienen la paz y la tranquilidad a tu alma. Ya sean pecados mortales o veniales, el consuelo espiritual es tan grande que los Católicos no podríamos vivir sin este sacramento. Y parte fundamental de la religión Católica, y no se entendería sin este consuelo del Padre hacia el hijo.

Después del arrepentimiento y perdón de los pecados, las personas nacemos como nuevos seres llenos de paz y amor. Constituye una verdadera resurrección espiritual.

Con la penitencia, restauramos nuestra relación con la Iglesia, quedando libres del agravio cometido con los pecados.